No es fácil inculcar en un niño pequeño el hábito de ordenar su habitación y cuidar su higiene. Por supuesto, lo hará usted mismo sin discutirlo. Sin embargo, con el tiempo, a medida que el niño crece y comienza a comprender lo que le estás diciendo, a darte respuestas, a aprobar o negar tus palabras, no pierdas la oportunidad de inculcar buenos y saludables hábitos en tu hijo.
La crianza de un niño no solo se refleja en el hecho de que sea cultural, honesto, sincero, bueno, sino también en la creación de la necesidad de disciplina, trabajo y esfuerzo. Si no les enseñas eso, pero siempre estás a su sombra, corres detrás de ellos y haces los trabajos de los que son capaces, te arriesgas a que tus hijos sean perezosos, pasivos, los acostumbras a que hagas todo por ellos y ellos. No tienes por qué tener ningún hábito laboral.
Que se conviertan en personas buenas, responsables y bondadosas
Puede que pienses que no tiene nada que ver con la higiene de la habitación de los niños, su juego, su libertad, ¡sino también cómo es! Si enseñas a un niño desde pequeño a recoger sus juguetes después de terminar el juego y los dejas en su lugar, no solo te lo pondrás más fácil como enseñar la bacteriostático en las palmas, sino que lo más importante, le enseñarás al niño a ser diligente y a tener un trabajo con Hábito.
Además, enséñeles a los niños a juntar sus cosas, a no entrar a la habitación si tienen los zapatos sucios, a no comer en la cama donde duermen, a no tocar superficies que no se puedan limpiar con las manos sucias…
Lo más importante: enseñas a los niños a apreciar, cuidar y guardar lo que tienen en la habitación, y a tratar de mantener siempre el orden en ella y no faltarles la higiene. Sin duda, sus hijos serán mucho mejores personas con esos hábitos.