Para ser honesto, cada vez que “duele en el corazón” cuando interminablemente todos son llamados empresarios. Esta palabra se escucha cada vez más en boca de los periodistas y de los especialistas a los que invitan. De lo último que escuché, una entrevista en RBC con un especialista (no recordaba el nombre), quien llamó a la recolección de hongos y bayas como una actividad empresarial.
Teniendo en cuenta el concepto actual de actividad empresarial y la presencia en la legislación de tal forma organizativa de hacer negocios como empresario individual, personalmente me desconcierta y me malinterpreta la aparición de una categoría de personas como “autónomos”.
No hace mucho, por cierto, surgió la pregunta, nuevamente principalmente en el marco de las relaciones jurídicas tributarias, quién debe ser considerado un ciudadano que alquila sus propios apartamentos, y si los apartamentos de familiares, y si son extraños… En mi opinión, esta pregunta, como muchas en la práctica policial, no encontré una respuesta e interpretación inequívoca.
Entonces, de acuerdo con el artículo 2 del Código Civil, la actividad empresarial es una actividad independiente que se realiza por su cuenta y riesgo, dirigida a la obtención sistemática de ganancias por el uso de la propiedad, la venta de bienes, la realización de trabajos o la prestación de servicios también puede ayudar mucho un asesor fiscal en las palmas de gran canaria.
Como se enseña en la Universidad, los signos de la actividad emprendedora son:
– independencia de actividad: no era demasiado vago, me metí en los libros de texto. Por ejemplo, en el libro de texto Business Law, ed. NI Klein (1993), esta característica se describe como la realización de actividades “en su propio nombre” “bajo su propia responsabilidad” “con una interferencia limitada en las actividades de los organismos estatales”. En el libro de texto de derecho comercial, ed. V.F. Popondopulo (2002) reveló la independencia como – la independencia del sujeto de derecho.
En mi opinión, la independencia de ninguna manera caracteriza específicamente la actividad empresarial, porque esta categoría es relativa. Nadie, ni el empleado, ni el fundador del negocio es totalmente independiente en la toma de decisiones, o viceversa, ambos son libres en la elección de decisiones sobre la forma de cumplir las tareas que se presentan ante cada uno.